domingo, 19 de junio de 2016

Tell me, when did you last let your heart decide?

Cierra los ojos un segundo. Imagina todo lo que siempre has soñado delante de tí. A un solo paso. Pero ir a por ello significa cambiar todo lo que tienes ahora, alejarte de tu zona de confort, y zambullirte en la mayor aventura de tu vida. Nadie te asegura que todo te vaya a ir bien. Ni siquiera te haces una idea lo que te puede estar esperando. Solo estás tú. Tú y tus ganas de comerte el mundo.






Asusta un poco, ¿no? Pues no debería. Es todo lo que querías.  Pero no puedes evitar pararte un segundo a pensar qué puede salir mal. Eso es lo peor que puedes hacer. Pensamos demasiado con la cabeza, pero, ¿dónde dejamos muchas veces el corazón? A veces necesitamos un pequeño empujoncito. Es como cuando de pequeños sentíamos la necesidad de tirarnos en esa piscina enorme , pero nos daba demasiado miedo. Nos moríamos de ganas, pero el miedo nos paralizaba. 

Ahora el miedo nos despierta. Nos da alas para imaginar lo mucho que podemos ganar si nos arriesgamos, y cuanto más arriesgado sea, más curiosidad nos entra por probar qué podría pasar. 

Ahora, han puesto fecha a mi sueño Es como si hubiera estado soñando todo este tiempo y de repente hubiera sufrido un golpe de realidad... 23 de agosto... ¡23 DE AGOSTO!


Hace justo un año, una chica con metas muy altas y gran imaginación, se pregunta si tal vez algún día llegaría a pisar el país que tanto admiraba. Hoy, esa misma niña, se sienta ante el ordenador sin saber apenas que decir. 
Se que ha pasado mucho tiempo desde que me enteré de cómo iba a cambiar mi vida este año, y quizá desde fuera se vea todo demasiado fácil, pero os aseguro que ha sido una de las decisiones más complicadas que he tomado hasta el momento. Es difícil decir adiós, muy difícil. Pero sin duda valdrá la pena. El 23 de agosto no es una simple fecha en el calendario, es el comienzo de mi sueño.

Es un sueño ambicioso, sí, un sueño que ha costado. Pero, en apenas sesenta días ese sueño será realidad. Todo lo que queremos se encuentra al otro lado del miedo.